ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • ¿Delfina Gómez Álvarez nueva inquilina de la casa marcada con el número 305 del emblemático Paseo Colón de Toluca?
  • ¿Cuál es el precio, cuál es el costo, cuál es la inversión de mantenimiento de la llamada “Casa Estado de México”  edificada para que vivan gobernadores y Gobernadoras?
  • ¿Deveras, deveras el nuevo gobierno estatal, el de la austeridad franciscana, recientemente instalado, tiene en el abandono un inmueble de más de 50 millones de pesos cuyos recursos pertenecen al pueblo?

En el 305 de la calle Paseo Colón de la periferia del centro de la capital mexiquense yace,  “descortinada”, una residencia cuyo costo comercial para los cerca de 18 millones de mexiquenses,  a tarifa actual, a buen cálculo de Policía, es de más de 50 millones de pesos, estimación que se auto adjudica uno de los custodios que a manera de susurro, sigiloso, agrega lo siguiente:

“… es que la familia que habitó ésta casa hasta septiembre pasado se llevó todo”.

– ¿Cómo?, se le pregunta.

– “Sí, mire. Cuando a nosotros nos dieron la misión de vigilar la casa, pues obvio tuvimos que revisar que es lo que había”.

– ¿Y qué es lo que había?, se le vuelve a preguntar.

– “Pues lo único que había es lo que se deja cuando alguien desocupa una casa,  aún cuando aquí se trata de una residencia, nos advirtieron y, la mera verdad, estaba casi vacía”.

– ¿Ni muebles?, se le cuestiona.

Sonríe y la vez que contesta:

– “Nada, nada, pues hasta las cortinas se llevaron…”

Enfundado en uniforme de Policía Estatal, el guardia, nervioso, se despide con una seña para, apresurado, entrar de nuevo al domicilio 305 de Paseo Colón, no sin antes pedir no revelar su identidad.

Y es que se trata de la llamada “Casa Estado de México”, inmueble que la semana antepasada aún permanecía en ambiente de abandono.

No obstante que allí durmieron y convivieron con sus familias:

a).- un presidente de la República, y

b).- tres aspirantes a esa misma primera magistratura federal.

Que habrían podido también habitar -los tres últimos- la otrora poderosísima residencia oficial de “Los Pinos”, como sí lo hizo Enrique Peña Nieto, no así, Alfredo Del Mazo González, ni Emilio Chuayffet Chemor, tampoco Arturo Montiel Rojas, quienes, los tres, también intentaron la hazaña Peñista sin lograrla, pero sí habitaron la casa de Paso Colón 305, donde, en estos momentos, habría de estar viviendo Delfina Gómez Álvarez, de acuerdo a la tradición y ritual que impuso la clase política priista en épocas recientes.

Sin embargo, a 23 días de haber iniciado el actual sexenio, la nueva Gobernadora no ha transparentado donde vive, donde habita, donde duerme, cuál es su domicilio, colonia o municipio y otras generales que el pueblo bueno del Estado de México debe saber por cualquier emergencia aún más si adopta, Delfina Gómez Álvarez, el trillado estribillo de Andrés Manuel López Obrador en lo relativo a que el pueblo la “cuida “, pues los mexiquenses quieren palpar que las y los de hoy ya no son los mismos de antes montados en el gobierno estatal que prometieron transparentar todas sus acciones para que la gente las juzgue.

Y es en éste escenario en donde encaja el caso de la residencia o casa abandonada pues en harás de la austeridad “franciscana” no podrían estarse deteriorando a la vista de los mexiquenses los 50 millones de pesos que a decir de los custodios cuesta la “Casa Estado de México “, al menos que esté en ciernes la mudanza de Delfina Gómez Álvarez al número 305 de Paseo Colón, pues posiblemente no estaría dispuesta, ó si, a vivir en Palacio de Gobierno estatal cuya vista fue mejorada por su antecesor, Alfredo Del Maza Maza, en una intentona de “Champs-Élysées”, una de las más importantes zonas céntricas de París, Francia, pero a escala mucho menor.

Y es que la “Casa Estado de México” o residencia de la nueva Gobernadora, si prefiere Paseo Colón 305 en lugar de Lerdo Poniente 300, tiene su peculiar historia:

A.- Allí se fraguó la aspiración del “hermano menor que nunca tuvo Miguel de la Madrid Hurtado”, frase que metió al mexiquense, entonces ocupante de la casa de Paseo Colón 305 referida, a la puja por la presidencia de la República que finalmente ganó Carlos Salinas de Gortari.

B.- Allí se fraguó la infancia de Alfredo Del Mazo Maza, recién ocupante de la casa de Paseo Colón 305, de niño jugó en sus jardines y absorbió el halo del poder político priista, convirtiéndose, en la historia mexiquense, como el único personaje que ha vivido dos veces en dicha residencia, una de infante y otra como gobernador, quizá por eso desaparecieron las cortinas.

C.- Allí se fraguó la caída de Mario Ramón Beteta Monsalve, ex director de PEMEX, convertido en gobernador mexiquense pero acosado por Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, un poderoso líder petrolero que no descansó hasta ver tirado, desde el punto de vista político, a Beteta Monsalve. Y lo logró.

D.- Allí se fraguó el trágico suceso de dar a conocer la muerte de Mónica Preteline, entonces esposa de Enrique Peña Nieto.

Allí se quitó, se dió, se pagó, se acusó,  se advirtió, se consolidaron y debilitaron proyectos de gran calado político para la nación y para el Estado de México.

Allí se instaló un “mini gobierno” alterno de Alfredo Del Mazo Maza que aún permanece oculto su objetivo, acondicionó despachos, oficinas e infraestructura paralela a la de Palacio de Gobierno Estatal con una abultada nómina cuyos beneficiarios no aparecieron en los rubros de egresos de los asientos contables derivados de las finanzas públicas mexiquenses, incluso esos espacios se muestran hoy a la par abandonados junto con la residencia gubernamental.

Se mude o no a la casa número 305 de Paseo Colón, la nueva Gobernadora tiene la obligación moral de informar al pueblo que se hace, que se va hacer, cuándo la habitaría, cuánto cuesta, cuánto se invierte y se invirtió cada año para mantenimiento y personal de dicha residencia y qué es lo que operaban las oficinas alternas Delmacistas en ese lugar y domicilios aledaños que hoy muestran sendos letreros de “SE RENTA”, cuando hace apenas unos meses eran ocupados por hombres y mujeres al servicio directo de Alfredo Del Mazo Maza, cuyo séquito de seguridad consistió en más de 200 mujeres y hombres en nómina de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal cuyos jefes hacían y deshacían con el argumento de servir al Gobernador en turno y no al Secretario de la corporación.

¿Dónde entonces quedaron tantos hombres y mujeres al servicio del ex gobernador, Alfredo del Mazo Maza, que cuando entraba y salía de la casa de Paseo Colón 305 “peinaban” la zona para garantizarle seguridad  con cargo al erario?.

¿Si Delfina Gómez Álvarez se convierte en la nueva inquilina de la Casa de Gobierno de Paseo Colón 305 usará la misma infraestructura y seguridad o ya hace uso de ella?

De las cortinas ya ni hablar, pero también fueron adquiridas con dinero del pueblo y eso, como suele decir Andrés Manuel López Obrador, sí calienta.

(Fotos: TFR)