Por: Alberto Abrego
“Les convoco a seguir transformando a México, les convoco a segur encendiendo la llama de la esperanza de nuestro pueblo, a seguir haciendo de México una potencia del bienestar, de la sustentabilidad una potencia cultural. Les convoco a que hagamos realidad la primera mujer presidenta de México. Estoy lista para caminar con ustedes con el pueblo de México”
Claudia Sheimbaum, en su cierre de precampaña 18/01/2024
Sólo hay una palabra que describe lo que se refleja en el frenesí y el apoyo de los cien mil simpatizantes morenistas que se dieron cita ayer en el Monumento a la Revolución:
Esperanza.
Una esperanza que se confunde en la incertidumbre de tiempos difíciles por una inseguridad que se ha alimentado y protegido durante décadas.
Una esperanza de nuevos tiempos.
Una esperanza que no muere y que crece al calor de las promesas.
Al grito de “¡Presidenta, Presidenta!”, Claudia Sheimbaum Pardo, aspirante morenista a la Presidencia de la República, cerró su precampaña rumbo a la Presidencia de la República y reiteró su compromiso de una política humanista e incluyente.
La plaza se pintó mayoritariamente de color guinda desde varias horas antes del evento.
La virtual candidata remarcó la importancia de la continuidad al proyecto de transformación.
Compartió sus propuestas y soluciones.
Arremetió contra la vieja política y recordó que en 2018 el pueblo eligió el cambio.
Agradeció a todos por el apoyo recibido durante estos meses de precampaña, y destacó el gran movimiento ciudadano que se ha generado.
Destacó que lo primero es atender las causas de los problemas, y la necesidad de velar por la seguridad de los mexicanos.
Hoy se baja el telón de las precampañas, y tras 60 días de recorrer el país, la abanderada de Morena, PT y PVEM se dejó querer y recalcó que la 4T va a continuar por el camino de la esperanza, de los programas sociales y de la política humanista.
La mayoría de las encuestas son contundentes, Claudia Sheimbaum aventaja por lo menos con 20 puntos a la aspirante de la oposición. La suerte parece estar echada. No parece haber espacio para la duda.
Al momento, la mayoría de los analistas políticos coinciden en que la ex Jefa del Gobierno capitalino fue quien mejor aprovechó los dos meses de precampaña para consolidar su candidatura y acrecentar una ventaja que, aunque faltan cinco meses para las elecciones, parece definitiva.
Aún así, la precandidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia no debe olvidar las necesidades y problemas que hacen mella en los mexicanos, como la inseguridad, la pobreza, la vivienda, educación, salud y empleo, que se combinan con diversos flagelos sociales.
Hoy toca celebrar el éxito del evento.
Una fiesta emotiva, y una promesa de esperanza.
Una tarde para identificar los retos, asumir compromisos, y fortalecer la convicción de seguir la marcha indetenible hasta la consumación del proyecto.
Hasta la victoria. Con trabajo, con alegría y con sonrisas.
Falta camino por recorrer, pero se ve la luz al final del túnel.
Fue una demostración de poderío, de cercanía con las masas, de certeza que se camina por el sendero correcto.
Y fue una tarde de reconciliación, porque Marcelo Ebrard asistió al evento a mostrar su apoyo. Abrazo. Operación cicatriz. Y todos contentos.
El camino está trazado.
Y está claro que algo que no ha perdido el pueblo, es la esperanza.
Ese pueblo urgido de soluciones económicas y sociales.
Ese pueblo urgido de aferrarse a la esperanza, que es la madre de la paz.
