Por: Konex Abrego
Dicen los expertos que los buenos actores se imponen en un escenario aún con las carencias sensibles que pudiera tener un teatro. Ante la falta de un presupuesto que pudiera proporcionar elementos básicos para una buena pieza teatral, debe surgir el talento histriónico de quienes nos regalan momentos realmente agradables.
Tuve la oportunidad de disfrutar de seis extraordinarios actores en un escenario facilitado por el Centro de Seguridad Social Manuel Ávila Camacho del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicado en la Colonia Del Valle de la alcaldía Benito Juárez, CDMX, donde los integrantes de la compañía independiente Abandonados Teatro nos deleitaron con dos horas de sano esparcimiento.
Mirelle Santillán, Gib Noche, Valentina Romero, Alex Correa, Karla Foster y Julián Aquino, bajo la dirección de Julio César Mejía, han representado la obra “Idiotas contemplando la Nieve”, de Alejandro Ricaño, superando carencias importantes de iluminación, utilería, maquillaje y vestuario, supliéndolas con verdadero talento y creatividad. Estos seis entusiastas jóvenes exhibieron ingenio, disposición y capacidad de improvisación, y nos transportaron durante dos horas a ese mundo imaginario que nos hace olvidar los problemas mundanos.
Y lo sorprendente y valioso es que las funciones son completamente gratuitas, los actores no reciben apoyo económico de ninguna índole, consiguen su propio vestuario, algo de utilería y solventan sus propios viáticos. Lo que inició como un taller de montaje escénico impartido de manera gratuita en el Faro Cosmos de la Ciudad de México, se ha convertido en un grupo de jóvenes actores que derrochan talento pero que no tienen ningún tipo de apoyo, ni de autoridades ni de Organizaciones No Gubernamentales.
Esta es solo una prueba más de que el teatro independiente, aún careciendo de los recursos básicos de una producción para su puesta en escena, sabe hacer las cosas con calidad y compromiso; y demostrando que a pesar de las adversidades presupuestales no se doblegan y con sus propios recursos, salen a las calles a invitar a la población para que asista a sus funciones gratuitas.
Es de un valor cultural admirable que existan estos grupos de expresión artística, pero al mismo tiempo es lamentable que sufran para encontrar recintos donde les permitan ejercer su noble y artística labor.
Las autoridades no deben olvidar que el arte tiene una función social, y que uno de los activos más valiosos de un país es su cultura, por lo que invertir en el arte, así como en la ciencia y la educación, son de las inversiones más productivas que pueden realizar en favor de un pueblo.
Tal vez el Estado tenga otras prioridades en lugar de apoyar el teatro de jóvenes entusiastas, quizá porque intuyen que el arte y la cultura, aparte de permitir la expresión de emociones, también generan mensajes que invitan a pensar y reflexionar sobre algunas problemáticas sociales.
Es ahí donde radica el valor del trabajo que realizan estos jóvenes actores, que invierten no solo su esfuerzo y su talento, sino sus recursos para dar vida a este prometedor proyecto de Abandonados Teatro, y representar personajes tan imaginarios como reales, que nos identifican a grandes y a chicos, con fantásticas historias que se han convertido en patrimonio imaginario de todos nosotros.
Ojalá su obra y su mensaje, como las de muchos grupos más, lleguen a donde tienen que llegar, para que nuestros artistas obtengan el apoyo que necesitan, y puedan llegar al lugar que se merecen.
Y para todos, deseo que este año sea de mucha salud y proyectos cumplidos. ¡Feliz 2024!