- El ISSEMyM enfrenta críticas severas por la continua falta de medicamentos y el trato despectivo hacia los pacientes.
- La ineficacia del ISSEMyM en resolver problemas críticos de salud genera indignación y desilusión entre los derechohabientes.
A pesar de los frecuentes anuncios de cambios en la dirección del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), la situación sigue siendo desastrosa para los pacientes. La escasez de medicamentos esenciales es una constante, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar de los derechohabientes.
El desabasto de medicamentos no solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino que también refleja una gestión ineficiente y desorganizada. La subrogación de servicios a proveedores externos, que no cumplen con los estándares necesarios, empeora la situación. Los pacientes pagan por un servicio que no reciben, lo que genera una profunda indignación y frustración.
El trato despectivo y la falta de empatía por parte de algunos médicos agravan la crisis del ISSEMyM. Los pacientes denuncian que, además de enfrentar la falta de medicamentos, deben soportar un trato inhumano y desconsiderado en las clínicas. Esta situación es intolerable y refleja una grave falta de profesionalismo y ética en la atención médica.
La burocracia del ISSEMyM añade otra capa de problemas a la ya crítica situación. Conseguir una cita con un especialista puede llevar hasta ocho meses, lo que es inaceptable para cualquier sistema de salud que pretenda ser funcional. Esta dilación en la atención médica resulta en diagnósticos tardíos y tratamientos inadecuados, poniendo en riesgo la vida de los pacientes.
Los cambios en la dirección del ISSEMyM han demostrado ser inútiles para resolver los problemas fundamentales. La administración ha fallado repetidamente en gestionar los recursos de manera eficiente y en coordinar las diferentes áreas del instituto. La falta de resultados concretos y mejoras palpables es una clara indicación de incompetencia y desinterés.
La realidad es que pagar por un servicio de salud debería garantizar una atención adecuada y digna. Sin embargo, los derechohabientes del ISSEMyM continúan enfrentando una atención deficiente y un trato deshumanizado, lo que genera un sentimiento de profunda tristeza y desilusión. Esta situación es inaceptable y requiere una intervención urgente y efectiva.
El ISSEMyM debe implementar reformas estructurales profundas para solucionar los problemas de raíz. Es imperativo mejorar la disponibilidad de medicamentos y asegurar un trato digno y respetuoso hacia los pacientes. Solo así se podrá recuperar la confianza de los derechohabientes y ofrecerles el servicio de salud que merecen.
La crisis del ISSEMyM es una muestra alarmante de la falta de eficacia y empatía en el sistema de salud. Es necesario un cambio radical y sostenible para asegurar que los pacientes reciban la atención que necesitan y merecen.