ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • Adiós a la burocracia dorada de Lerdo Poniente 300.
  • “Felices de contentas” las esposas de los secretarios del gabinete ejercen la función de crear barreras entre lo “glamoroso” y lo “trivial” de la burocracia común.
  • Y en las oficinas principales de las 16 secretarías, séquitos de funcionarios de “alto nivel” alimentan la discriminación entre servidores públicos comunes y hombres y mujeres cercanos al “jefe” o la “jefa”.
  • El “gabinetito” de la “Casa de Gobierno”, cuyos operadores ganan más que el presidente de la República. Y eso  “ya calienta”, parafraseando a AMLO.
  • “Damas voluntarias”, exquisita manera de marcar territorio discriminatorio.

Lo malo de los priistas es que son muy buenos maestros y lo bueno de los morenistas es que son muy malos alumnos, todo lo que aprenden lo deforman, lo modifican y lo devalúan. Y es que, en su mayoría, las huestes de Andrés Manuel López Obrador, no saben para que sirve el poder.

Y eso lo sufrirán ahora que se instalen en el edificio de Lerdo Poniente 300, en el entendido que la clase política priista de la capital mexiquense está acostumbrada al glamour: al buen comer, al buen beber, al buen vestir, al buen viajar y hasta  en el buen “modito” de caminar.

De las sociedades “glamorosas” del centro del país la “poblana” y la “toluqueña” son de aquellas que a manera de sentido figurado defienden la idea relativa de robarle a alguien los calcetines sin quitarle los zapatos.

No faltarán entonces las y los que lleven al extremo esa conducta anotada  a manera de parodia alimentada en el devenir de los sexenios de gobiernos mexiquenses que se asienta  -para emular el robar los calcetines sin quitar los zapatos- en que desde la sede del Ejecutivo estatal siempre se ha cultivado el racismo, el clasismo y la discriminación en general a flor de oficina, desde el espacio del Ejecutivo, incluso, a partir del núcleo de los despachos de Palacio  en orden descendiente:

A.- Desde la sede de la Gubernatura.

B.- Hacia las secretarias del gabinete.

No se sustrae de esta singular lucha de clases burocrática la conformación de las llamadas “damas voluntarias” encabezadas por lo regular por las esposas o “novias” de las y los titulares de las secretarías que integran el gabinete, so pretexto de ayudas solidarias de escala social, pero que en el fondo despliegan la feroz desigualdad entre pares: el buen vestir, el buen hablar, el buen vivir, el buen calzar y hasta las fiestas de abolengo burocrático con cargo al erario, ciñendo como invitado el propio secretario titular de la dependencia de que se trate.

Auto proyectándose la burocracia en pleno: secretarias ejecutivas, secretarios particulares, asesores, talantes de abolengo supuesto que atraen para sí los mejores puestos, salarios, sueldos, bonos y más explotación a discreción del patrimonio público.

Al interior de esta burocracia  -apúntese de “autoalcurnia” – se “cuchichea”, se descalifica y se discrimina a la vez -entre iguales- realidad oficinesca  que deja al descubierto  “nepotismo”, “amiguismo” y corrupción punzante, ideal para aplicar el “algoritmo” que discerniría  con singular exactitud el fenómeno de las y los “recomendaditos”:

En cada nuevo sexenio de gobernador las plazas, los cargos, nombramientos y designaciones laborales, son ocupados en función jerárquica por cercanos al que manda, no dejan espacio alguno a la deriva, ni siquiera para prácticas profesionales, todo es abrazado por el poder en turno, con o sin capacidades profesionales o técnicas, todo el universo gubernamental se asesta de “influyentismo”  rapaz sin dejar fortalecer el principio “todos y todas con las mismas oportunidades”.

En los anales de la burocracia directa de Lerdo Poniente 300 no deja de latir aquella realidad que detectó más de 46 cargos burocráticos relacionados con un solo funcionario en el poder; es decir, habría asegurado puestos, cargos, sueldos y salarios a toda su familia que llevará uno o los dos de sus apellidos de origen Libanés, toda una odisea de nepotismo puro. ¡No se olvida!.

Y si ese mismo “algoritmo” se aplicara en estos momentos al interior de la burocracia Delmacista el resultado podría calificarse de asombroso.

Por eso a cuatro meses y medio de fenecer el sexenio que corre, no sería mala idea finiquitar con extremo cuidado, los altos sueldos e ingresos de un grupo al servicio de Alfredo Del Mazo Maza que opera desde las entrañas de la “ casa Estado de México “ o bien “casa de Gobierno “ ubicada en el 305 de Paseo Colón en Toluca, cuyas percepciones rebasan el salario del Presidente de la República, sin registro en la nómina formal del gobierno estatal, abrazando estos “notables” colaboradores Delmacistas cierto poder en el universo de la burocracia cotidiana, contextualizada aquí, que “checa y firma” tarjeta todos los días, a la vez discriminada por superiores jerárquicos, con espacios disputados al calor de su influencia del momento.

Ante todo esto, luego entonces, conviene que los morenistas sean malos alumnos y rompan con el paradigma de la burocracia dorada descrita cuando arriben a palacio de gobierno, Lerdo Poniente 300, el 15 de septiembre próximo. Y es que los priistas son tan buenos maestros capaces de convencer a morenistas para que no cambien los escenarios al respecto, pues a final de cuántas, Andrés Manuel López Obrador, en sus inicios, habría sido formado con la doctrina priista, bien aprendida por cierto, pero mal aplicada en varios de los rubros hasta el momento.

 De tal suerte que las y los nuevos gobernantes que habrán de relevar al Delmacismo están a punto de cristalizar lo más ambicionado, administrar los más de 340 mil millones de pesos anuales que integran el presupuesto estatal , toda una fortuna, incluso más utilidad neta en términos reales que el presupuesto nacional y superior a los beneficios reales que aportan los ingresos y egresos anuales del gobierno de la capital del país, toda una ingeniería financiera y económica que si las y los morenistas la saben operar cuando sean gobierno, las y los priistas que se van, rogarían quedarse, incluso hasta perder la dignidad a cambio muchos y muchas se arriesgarían.

SÍNTESIS POLÍTICA

La disputa por el territorio mexiquense continúa hoy en el contexto de las campañas por alcanzar la gubernatura que habrá de dejar Alfredo Del Mazo Maza, por lo que en la cuenta regresiva de los 29 días que restan, Delfina Gómez Álvarez y Alejandra Del Moral Vela, respectivamente, habrán de aplicar su últimos recursos para conservar – en el caso de la primera – la titularidad del Ejecutivo estatal tras casi 100 años que su parido, el PRI, ha ejercido el poder total, mientras en el caso de la segunda, intentar instaurar la llamada Cuarta Transformación (4T) en una de las entidades federativas más importantes del país, cuna del mítico “Grupo Atlacomulco”, donde hace seis años el incipiente “Grupo Texcoco” habría ganado en las urnas a decir de sus líderes principales.

Luego de casi 30 días de campaña, tanto la candidata de la coalición “Juntos Hacemos Historia”, integrada por MORENA, PT, PVEM y la abanderada de la alianza “Va por el Estado de México”, compuesta por PRI, PAN, PRD, PANAL, Delfina Gómez y Alejandra Del Moral, habrán visitado cada una  más de 40 municipios de 125 que calculan completar a partir de este día, intención que se antoja agotadora, pero que representa el esfuerzo por instalarse en el edificio de avenida Sebastián Lerdo de Tejada número 300 en el centro de la capital mexiquense, Palacio de Gobierno.

Las quejas de ambos equipos de campaña ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), árbitro del proceso comicial,  no han rebasado las sanciones en el ámbito administrativo, lo cual no altera las tendencias de triunfo o derrota perfiladas hasta el momento por las dos mujeres en contienda.