ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • El amanecer de “Semana Santa” y el virtual triunfo o derrota a la gubernatura del Estado de México.
  • “Campañas negras”, efectos regresivos para quienes las apliquen.
  • Real izquierda opositora ausente en tierras mexiquenses.

Termina el primer trimestre del año y con ello prácticamente arranca la última etapa de la elección de la mujer que sucederá a Alfredo Del Mazo Maza.

Incluso se inaugura la fecha de la otrora “campaña negra” ideada en su momento por el partido político en el poder que no obstante las ventajas con las que contaba,  la filosofía de sus líderes  y “personeros” era la de “aplastar” a sus adversarios.

Y la verdad en el Estado de México dicha treta electoral les funcionó casi hasta el infinito y más allá; es decir, unos 90 años.

No había noticias pos electorales que no rezaran la manera de cómo se hacía votar hasta los “muertos”, incluso fortaleciendo un subcultura de distintas formas de rellenar las urnas:

1.- Operación “taco”.

2.- Operación “carrusel”

3.- Robo de urnas.

4.- Sufragio corporativo.

5.- Acarreo.

6.- Falsificación de boletas.

Incluso hasta las maneras más pintorescas orientadas a garantizar el triunfo electoral del llamado partido oficial, obviamente frente a la impotencia de los escasos opositores que se arriesgaban a perderlo todo con tal de tratar de evitar la impunidad de tipo electoral, intentos que difícilmente se tipificaron a su favor.

Y es que en esa llamada “subcultura” existían grupos que de manera individual y con recursos propios buscaban quedar bien con el candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México, desde los sindicatos, incluso desde las instituciones de educación superior que facilitaban, los directivos de estas últimas, infraestructura para la actividad comicial a favor del otrora poderoso tricolor.

Hoy, a 72 horas de que inicie la campaña constitucional normada por autoridades formalmente constituidas mediante el espíritu de autonomía, se intenta la especie de “juego sucio”  o “campaña negra” auspiciadas desde el seno de los partidos políticos en alianza o bien de grupos cercanos a ellos, pero con nula monta en el hacer y “deshacer “, pues ya no cuentan con libertades absolutas y tampoco tienen para sí las sensibilidades de antaño:

A.- Algunas y algunos líderes priistas intentan influir con agrios argumentos en contra de Delfina Gómez Álvarez y de su séquito cercano con desvanecido talento que nulos dividendos les aportará esa intentona de “juego sucio “.

B.- Algunas  algunos líderes de MORENA  intentan un clima contestatario, pero su adelgazado talento también y poca sensibilidad las y los orillan a ser “torpes”, “groseros” e “irresponsables” al momento de fraguar las “campañas negras” en contra de las siglas priistas y de sus dirigentes y candidata.

Esto último le quita sufragios a MORENA en lugar de sumarlos a su causa comicial en virtud de que  la competencia ya no es tan desigual como la padecieron aquellas y aquellos opositores que en realidad enarbolaban las banderas de la izquierda de los años 60 y 70 y anteriores gestados sus principios en el manifiesto comunista.

Fueron tiempos de auténticos enfrentamientos con el poder real de la oligarquía, la represión como respuesta, lo cual alimentó el escenario para que hoy los morenistas vistan sus chalecos color guinda, por eso estructurar un campaña negra “grotesca” y “pobre” de fundamento ideológico, le resta al partido de Andrés Manuel López Obrador e invita, de manera sutil, a priistas retomar aquellos tiempos de poderío absoluto en sus siglas.

Sin plan y sin talentos de esos líderes de hoy que intentan las “campañas negras” con resultados magros a su causa y hacia sus abanderadas -de ambos organismos políticos – a la gubernatura del Estado de México, ya no garantizan votos a favor de sus respectivos colores.

Y es que se antoja más sencillo:

UNO.- que MORENA se concentre mejor  a administrar la percepción del voto a su favor que permea en el espacio público, y

  DOS.- que el PRI y aliados intenten, con estrategia, táctica e inteligencia, revertir esas percepciones que favorecen a Delfina Gómez Álvarez por encima de Alejandra del Moral Vela.

Ambos puntos – intentarlos concretar – durante los menos de 60 días de campaña a partir del último minuto de este este fin de semana que inicia hoy en plena Semana Santa, cuyo “Vía Crucis” lo sufrirá el partido político menos audaz.

Lo cierto es que en el amanecer del “lunes santo” millones de mexiquenses tendrán menos de ocho semanas para decidir cambiar su voto en función de lo que ofrezcan las candidatas y sus partidos que compiten por la gubernatura del Estado de México.

  SÍNTESIS POLÍTICA

Impulsan “democracia directa” en congreso local:

Diputadas y diputados locales mexiquenses de las Comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales, Planeación y Gasto Público y Finanzas Públicas coincidieron en la relevancia de impulsar la participación ciudadana, fortalecer el vínculo gobierno-sociedad y la democracia directa, mediante la figura del presupuesto participativo que permite a las y los residentes de las comunidades decidir sobre la obra pública que requieren.