ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • Del Mazo continúa en las encuestas de corte nacional con perfil de presidenciable.
  • Dependerá de los resultados electorales de junio próximo si se fortalece en el entorno.
  • No obstante su proyecto tansexenal presidencial podría conservarse para el 2030, como así sucederá, trascendió.
  • SÍNTESIS POLÍTICA
  • Crisis en Perú

Aún con los porcentajes más ínfimos y acompañado su partido de otros organismos políticos, Alfredo Del Mazo Maza, se mantiene en el espectro de posible candidato a la Presidencia de la República.

Y la verdad no es casual que así sea en virtud de que el mexiquense planeó, pensó y ejecutó en los inicios de su aspiración a gobernador del Estado de México la idea de un proyecto transexenal.

Es decir, al concluir su sexenio en tierras mexiquenses ya estaría a bordo del barco que lo llevaría, mediante las urnas, a Palacio Nacional.

Pero no es así en virtud de los vaivenes de la política, mismos que le atravesaron la figura de Andrés Manuel López Obrador con una amplia aceptación popular cuyo escenario hoy no es apto para las pretensiones de Del Mazo Maza.

Es por eso que a menos de diez meses de concluir su mandato de gobernador, Del Mazo, no figura como fuerte candidato a la primera magistratura del país respaldado en el PRI como resultado de la prudencia a la que acudió el político mexiquense, producto, este último, del llamado mítico “Grupo Atlacomulco”, al percatarse que en la justa presidencial del 2024 quizá ya no estaría en las boletas electorales presidenciales, por lo que actuó en consecuencia.

Al menos que a partir de hoy jueves 8 de diciembre del 2022 se fragüe lo siguiente:

     1.- Que en la realidad el PRI sostenga la titularidad del Ejecutivo mexiquense en las urnas; es decir, que el partido de Del Mazo gane la justa electoral de nueva gobernadora.

Solo de esta manera, Alfredo Del Mazo Maza, retomaría su camino casi natural al 2024, incluso estaría por verse, pues en reducido círculo de sus incondicionales y consejeros se abriga la idea de que poco podría hacer Del Mazo a estas alturas de la justa  para empatar las ventajas que ya inscriben:

     A.- Claudia Sheinbaum Pardo.

     B.- Marcelo Luis Ebrard Casaubón.

     C.- Adán Augusto López Hernández, y

     D.- Ricardo Monreal Avila.

Lo más viable desde esta perspectiva sería acudir a la inteligencia política:

     I.- Tratar de ganar los comicios del 2023 en el Estado de México con o sin alianza, y

    II.- Dar continuidad al proyecto presidencial para 2030 , fecha en que enseñará escenario distinto al actual la puja presidencial al cual acoplar el proyecto mexiquense y además aprovechar las ventajas de la edad biológica que ofrece Del Mazo quien sin problemas alcanzaría llegar pleno a una candidatura de tal magnitud.

Y es que apenas ayer la encuesta elaborada por Reforma incluye a Del Mazo como posible candidato a la presidencia de la República con un bajísimo porcentaje de 6 puntos y además arropado su partido, el PRI, por PAN y PRD en la figura de Alianza, pronostico que no abona en mucho al mexiquense a unos meses de dejar la gubernatura y a otros menos de que se efectúen comicios para elegir a su sucesora.

Lo más viable sería arrancar el proyecto transexenal suspendido a partir de septiembre próximo e insistir en ganar la titularidad del Ejecutivo federal ya sin López Obrador en medio del camino.

La edad biológica de Alfredo Del Mazo así lo permite como ya se anotó líneas arriba.

Incluso en un análisis de noviembre pasado ya se había esbozado aquí este escenario, mediante el cual se apuntó lo siguiente:

No se antoja fácil concluir un sexenio gubernamental de “terciopelo” en cualquiera de la entidades federativas en México, incluso hasta en los países más avanzados en democracia tampoco lo es.

Y es que el Estado de México por lo regular en estudios de índole académico es comparado por sus características generales con una nación soberana.

Lo que implica que también su gobernante o gobernantes deben tener el talante de jefes de Estado a fin de completar esa ecuación comparativa de tratadistas en materia de “geopolítica“.

Por lo que el actual periodo gubernamental mexiquense a cargo de Alfredo Del Mazo Maza en etapa de conclusión tendría que circunscribirse a la condición de “no terciopelo”; es decir, dependerá de su propio proceso sucesorio  la terminación del mismo.

Y es que el sistema de gobierno en que se engloba el ejercicio del poder en tierras mexiquenses -al igual que en el resto del país – obliga al mandatario saliente administrar de manera velada tiempos, formas y movimientos dirigidos a apuntalar a su posible sucesora en este caso referido.

Y dependerá de los resultados electorales del 4 de junio próximo si la salida de Alfredo Del Mazo Maza de Palacio de Gobierno se orienta sin sobresaltos, en un contexto de “terciopelo”.

No se desprende, del espacio presidencial aún, la idea en el sentido de que en cada entidad federativa en donde se efectúan elecciones de gobernador por anticipado Andrés Manuel López Obrador ofrece a los titulares del Ejecutivo que terminan su sexenio cargos diplomáticos.

Las especulaciones estriban en el sentido de que son estímulos o premios que a los ya ex gobernadores les otorga el presidente de México por haber permitido que la o el candidato de su partido hayan ganado los comicios derivado de dicha maniobra clientelar de manera adelantada.

No existe la menor duda que en el devenir del tiempo, Alfredo Del Mazo Maza, ha ofrecido, durante su carrera política, un perfil que no encajaría en ese esquema.

Es decir:

   1.- Que no aceptaría tal oferta presidencial.

   2.- Que su formación de gobernante no deriva de la improvisación y por tanto difícilmente formaría parte de ese elenco de la dádiva política.

Alfredo Del Mazo Maza ostenta la gubernatura del Estado de México en función de un proyecto transexenal bien definido, su objetivo es competir por la Presidencia de la República, porque para eso está preparado incluso desde la cuna familiar.

Y es válida su intención, misma que tiene actualidad y continuidad no necesariamente para el 2024, la lucha por la primera magistratura del país es permanente, no es periódica ni sexenal, lo que hace confirmar el principio relativo a que si el Estado de México en los anales académicos de la política es comparado con un país, también sus gobernantes expanden el halo de jefes de Estado.

No es exageración analizar el contexto político – electoral mexiquense actual desde esta perspectiva en virtud de que lo único que podría aceptar del presidente de la República Alfredo Del Mazo Maza al concluir su sexenio son dos cosas:

    A.- No incurrir en la especie del intercambio grotesco de dejar hacer dejar pasar para que el partido de López Obrador gane con flexibilidad los comicios de junio 2023 en el Estado de México.

   B.- Sí continuar con su servicio a México desde un entorno internacional pero no a cambio de incidir en la derrota de su partido político, sino vigilar que la jornada de votaciones de junio próximo transcurra de manera libre a fin de que se determine el triunfo o derrota de los y las competidoras tras una etapa procesal con base en los principios democráticos.

Con ello, el titular del Ejecutivo estatal en funciones podría formalizar lo que ya trasciende en los máximos niveles de la Ciudad del Vaticano en el sentido de que podría convertirse en el representante de México en aquella llamada santa sede.

No obstante todo este escenario está en función de los resultados electorales del 4 de junio próximo en territorio mexiquense.

SÍNTESIS POLÍTICA

La prensa internacional dio seguimiento puntual a la crisis política en Perú. El diario El País, así narró parte de los acontecimientos en su edición digital de ayer:

Fue un primer momento de estupor y luego de espera. La velocidad con que se desarrollaban los acontecimientos en Perú apenas dio tiempo para ensayar algún tipo de reacción en las cancillerías de América Latina. El silencio fue general, con la única excepción de Argentina y México. El primero habló de “crisis política” y pidió el resguardo “de las instituciones democráticas”. El segundo llamó a “respetar la democracia y los derechos humanos”. El resto de los servicios exteriores prefirió esperar la suerte de la embestida de Pedro Castillo contra el Congreso y su posterior destitución parlamentaria.

“Argentina hace un llamado a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional”, publicó en un tuit la cuenta oficial de la Cancillería Argentina.      Buenos Aires mantuvo buenas relaciones con el ahora expresidente Pedro Castillo durante los 16 meses que estuvo en el poder. El peruano llegó incluso a pedir ayuda diplomática a Buenos Aires cuando se sucedían los intentos del Congreso por destituirlo. “Claramente, Argentina rechazó la decisión que tomó Castillo”, dijo este miércoles una fuente de la cancillería en Buenos Aires. “Fuimos de los primeros países que definimos una posición pública exigiendo que se recupere el orden democrático. [El canciller Santiago] Cafiero estuvo en conversación con los cancilleres de la región y también con los cancilleres que formaron el grupo de países de la OEA, que quedó obsoleto por esta situación que vive Perú, y dialogó varias veces durante la jornada con el embajador argentino en Perú”, agregó la fuente.

México personalizó el mensaje. El ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo desde su cuenta en Twitter que su país lamentaba “los últimos acontecimientos en Perú (…) ese entrañable pueblo hermano”. Unos minutos antes había adelantado la suspensión, por segunda vez, de la Cumbre de la Alianza del Pacífico prevista para el 14 de diciembre en Lima. “Los mantendré informados”, dijo el ministro. El encuentro tenía fecha para el 25 de noviembre en México, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió suspenderla porque el Congreso peruano había negado a Castillo el permiso de viaje.

Ebrard aseguró que Castillo evitó llamar a la Administración de López Obrador para pedirle su apoyo o algún tipo de asistencia. Sin embargo, el canciller mexicano explicó en una entrevista en la radio mexicana que si el político peruano pide asilo a México, el país norteamericano no se negaría. “Nosotros tenemos una política favorable al asilo, yo no creo que nos negaríamos. Si él lo pide, lo consideraríamos, no deberíamos de oponernos, pero no lo ha hecho”, dijo. Ebrard confirmó que algunos peruanos se apostaron a las puertas de la embajada mexicana en Lima temiendo que Castillo buscará asilo en la representación diplomática. “La verdad, nunca llegó, no sé si era su intensión”, dijo el canciller.

López Obrador fue menos diplomático y se puso abiertamente del lado de Castillo. Hace meses ya había ofrecido su respaldo explícito a su homólogo peruano ante las turbulencias de su mandato. Este miércoles, calificó de “lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”. El Gobierno boliviano también siguió esa línea. “El constante hostigamiento de élites antidemocráticas contra gobiernos progresistas, populares y legítimamente constituidos, debe ser condenado por todas y todos”, escribió en Twitter el presidente Luis Arce, antiguo ministro de Economía de Evo Morales. El expresidente boliviano, un símbolo de los Gobiernos de izquierdas en América Latina, se limitó, en cambio, a pedir respeto por la Constitución, “la seguridad, el derecho a la vida y convivencia pacífica y democrática”.

Chile, en tanto, habló en los mismos términos que Argentina y el canciller mexicano. En ningún caso hizo referencia a un golpe de Estado o nombró a Pedro Castillo. Mucho menos, la decisión del Congreso de destituirlo y su posterior detención. “El Gobierno de Chile lamenta profundamente la situación política que está viviendo la República del Perú”, difundió la cancillería chilena en un comunicado.

Como México, Chile también pidió por el respeto de “los derechos humanos y las libertades fundamentales” y reafirmó “su compromiso con la democracia y el diálogo como el camino para superar este complejo momento”.

El Gobierno de Brasil, aún encabezado por Jair Bolsonaro, “sigue con preocupación la situación política interna en Perú que condujo a la destitución constitucional del presidente Pedro Castillo por parte del Congreso”, según un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, informa Naiara Galarraga. Lula da Silva, el presidente electo del país, coincidió. Según su comunicado, sigue “con mucha preocupación los hechos que llevaron a la destitución constitucional del presidente”. “Entiendo que todo se desarrolló en el marco constitucional”, ha escrito Lula, que tomará posesión en Brasil el primer día de enero, y añadió: “siempre es lamentable que un presidente electo democráticamente tenga esta suerte”. Tanto Lula como Bolsonaro han deseado éxitos a la nueva presidenta, Dina Boularte. El presidente electo le ha prometido que su Gobierno “trabajará incansablemente para reconstruir la integración regional”.

Colombia, a su turno, sí se refirió a los acontecimientos en Perú como un “atentado contra la democracia”. Y advirtió que lo condena “venga de donde venga”, en referencia al origen izquierdista de Castillo. “Colombia recuerda que la democracia requiere el reconocimiento de la voluntad popular expresada tanto en las elecciones para presidente como para el Congreso”, dijo la Cancillería colombiana en un comunicado. (Texto firmado por Federico Rivas Molina en el diario digital El País)