ANÁLISIS |Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS |Tomás Flores Rosales

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  • Hoy inicia la cuenta regresiva de los 15 días para dejar y acceder al poder total mexiquense.
  • Del Mazo, a vacacionar.
  • Delfina, a la soledad de Palacio.
  • Maquiavelo y las y los cercanos a la nueva Gobernadora.

Prácticamente inicia hoy la cuenta regresiva de 15 días tanto para Alfredo Del Mazo Maza como para Delfina Gómez Álvarez, el primero seguramente ya planea sus vacaciones, en tanto, la segunda, seguramente no entiende aún el grado de responsabilidad que contraerá al cumplirse el plazo mencionado.

Es verdad que antes de los comicios del 4 de junio próximo pasado se especulaba con grado de exageración el lugar a donde podría ir Alfredo Del Mazo Maza al concluir precisamente su sexenio gubernamental.

Se planteó la posibilidad de que el mexiquense se sumara a la diplomacia, incluso se avizoraron sus cartas credenciales en el Vaticano, conminación que surgió en aquel tiempo a raíz de la difusión de unas imágenes saludando al sumo Pontífice en un encuentro sin sesgos de diplomacia formal, se trató de una visita como la que hace cualquier funcionario público mexicano con ciertas relaciones en la Santa Sede.

Pero hasta el momento no hay indicios que así suceda y si ocurriera el contexto es distinto al que se moldea cuando el personaje determinado ejerce el poder político aún, y destaca más cuando de la gubernatura del Estado de México se trata.

Pero hoy, a 15 días de que deje la gubernatura, Alfredo Del Mazo quedará convertido en un desempleado más de la política nacional con sus defectos y virtudes, pero posiblemente con ahorros económicos bastos para permanecer sin trabajo algunos años, incluso se calcula el doble o triple del periodo en que ha ejercido el servicio público el cual podría sobrevivir sin cobrar.

Suelen tener dos discursos los políticos de la estirpe priista cuando terminan ciclos de poder:

1.- Dedicarse a dar clases en la Universidad respectiva a su entorno, o

2.- Dedicarse a su familia que tanto abandonaron por servir al municipio, estado o país.

Hay los que de plano afirman: “por tantos años de servirle a México…”

Lo cierto es que hasta el momento Alfredo Del Mazo Maza no se visualiza en cualquier parte de la administración pública federal o estatal, tampoco en los renglones de la política, pero si así fuera y de repente se perfilara a algún cargo o puesto, no pasaría nada, sería -como ya se especificó- un desempleado político que encontraría “chamba”, solo eso hasta el momento.

De la cuenta regresiva que se le aplica a Delfina Gómez Álvarez, seguramente la maestra ahora si va sentir lo que se siente, pues una cosa es subordinarse a determinado cargo de alto nivel como lo es la Secretaría de Educación Federal y otro desempeñarse como administradora de un ayuntamiento o municipio y otra muy distinta es ejercer la titularidad de un Poder formal como el Ejecutivo mexiquense.

La verdad desde el momento que en privado ocupe la silla de gobernadora, la sensación que experimente la maestra será otra, quizá indescriptible, lo que la llevará -como ya se narró aquí- a convertirse en la mujer más sola de Palacio.

Y es que el séquito que la acompaña desde sus inicios como prospecta a la gubernatura del Estado de México tendrá que someterse a la rígida disciplina que exige la especie, pues ya no se tratará de la “maestra” o  de “Delfina, será la Gobernadora y para ello las y los sensibles al poder político estarán obligados a cambiar su conducta frente a la ungida titular del poder Ejecutivo estatal y no a la inversa.

Es decir:

a).- quien debe cambiar no es el o la que accede al poder.

b).- los que deben cambiar son las y los que rodean a quien detenta ese poder.

Quien no lo entienda o quien no lo  quiera ver así  que estudie a Maquiavelo, el maestro de la ciencia política moderna y allí observarán las consecuencias de sus posibles desavenencias.