ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • La Cuarta Transformación Mexiquense a 15 días de sustituir la sombra del mítico “Grupo Atlacomulco”.
  • No “robar”, no “mentir”, no “traicionar”, sus códigos a cumplir.
  • Entrega-recepción, rendición de protesta y Glosa en congreso local constituyen para MORENA el salto al vacío de la “realpolitik”.

Concluyeron los siete encuentros intitulados de “transición” entre Alfredo Del Mazo Maza y Delfina Gómez Álvarez, esquema ideado por la administración saliente, por eso quizá, Horacio Duarte Olivares, los menciona como novedosos, lo cual le debe implicar al futuro posible funcionario público crear sus propios métodos de introducción al servicio público estatal.

Y es que Horacio Duarte Olivares debe colocar su realidad a la continuidad en el servicio público ; es decir, se deberá a partir de 15 días a una sociedad inmensa que paga impuestos y por tanto de ella devengará sus quincenas que no necesariamente a de extrañar, pues en muy limitadas ocasiones ha externado de que vive pues su pasó por la Agencia Nacional de Aduanas de México fue muy breve pero como se observa le alcanzaron sus ahorros para viajar, alimentarse, vestir, ahorrar y hacer planes para su formación académica futura pues se trata, Horacio Duarte Olivares, de un individuo inquieto cuyas preferencias de formación de tipo escolar las prefiere en los mejores colegios del país que seguramente rebasan su conducta aspiracionista de clase media que tanto denosta Andrés Manuel López Obrador y suele también quizá tener ingresos económicos posiblemente superiores a la media de aquellos y aquellas anclados y ancladas a la Cuarta Transformación, cuyos fondos en sus cuantas bancarías, de ahorro y débito del mismo Duarte Olivares probablemente no son parecidas tampoco a las de las bases populares a las que intenta aclamar.

De tal suerte que la etapa que sigue a las llamadas reuniones de “transición”, cuyo título siempre estuvo alejado de la estricta realidad literal de la semántica que sostiene a dicho concepto, son las llamadas “entregas- recepción” que seguramente las mismas, al igual que las siete reuniones ya finalizadas, estarán dominadas por el gobierno saliente o al menos que Delfina Gómez Álvarez estructure una nueva modalidad o método distinto  que excluya al titular de la contraloria saliente como funcionario protagónico.

Quizá la Glosa del último informe que presentará ante la cámara de diputados Alfredo Del Mazo Maza, permita fortalecer esa entrega-recepción que establece la normatividad en el sentido de alargar los tiempos y plazos para aclarar algunos detalles, dudas o bien inconformidades de lo que la Cuarta Tranformacion Mexiquense recibe y así dar un poco de aire a la rígida accion de los funcionarios públicos que han estructurado los contactos de salida con sus sucesores.

Podría señalarse que es normal que los que reciben la administración de los funcionarios salientes pocos argumentos tienen para comentar o hacer precisiones al respecto por el natural desconocimiento de lo que se les entrega, por eso no es tan sencillo tomar estos eventos como parte del simple cumplimiento de rutina que describe la ley al respecto, pues a partir de aquí cada movimiento será responsabilidad del nuevo equipo de colaboradores de la nueva gobernadora.

Y es que apenas hace un sexenio no había tanto problema, la entrega-recepción era entre iguales; es decir, los funcionarios salientes recibían el beneficio de la duda de los entrantes.

Hoy lo distinto que se montará en el Poder Ejecutivo del Estado de México debe romper esa inercia, lo cual posiblemente lo hará inmediatamente después de analizar lo que recibe aún cuando el mensaje dirigido a las y los millones de mexiquenses debe ser, de entrada, de cambio, no de gobierno, sino de régimen como lo prometieron incesantemente.

Así pues la Cuarta Transformación Mexiquense está en ciernes, dispuesta a disipar la sombra del mítico “Grupo Atlacomulco”, pero a la vez anclar lo que sus protagonistas califican como principios básicos de no “robar”, no “engañar”, no “traicionar”, conceptos que Delfina Gómez Álvarez habrá de destilar de inmediato frente a una sociedad mexiquense en extremo politizada, sensible a los desaciertos de lo prometido y conocedora de la “realpolitik”.