ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Tomás Flores Rosales

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  • Los pasos de Alfredo Del Mazo Maza, un resbalón de última hora y todo habrá terminado.
  • ¿Qué se podrían reclamar entre sí sobre la derrota priista del 4 de junio pasado Arturo Montiel, Enrique Peña, Eruviel Ávila y Del Mazo?
  • ¿Quién lanzaría la primera piedra?
  • Mejor aplican el “sálvense quien pueda”.

Quizá Alfredo Del Mazo Maza apuesta a su buena suerte o bien a la tozudez en el arte de hacer política al estilo priista aún, pues haber entregado el gobierno estatal a sus adversarios y actuar tan campante no cualquiera de su estirpe lo habría logrado con enjundia total mostrada hasta el momento.

Pero Del Mazo no necesariamente es producto de la buena suerte ni tampoco heredero del buen arte de hacer política, sino que con cierta astucia habría calculado la vulnerabilidad de sus iguales en esa monolítica estructura de poder que se edificó por cerca de un siglo en tierras mexiquenses, incluso antes de que el hoy gobernador saliente naciera biológicamente.

Por eso sus apuestas para no confrontar riesgos dentro de la estructura de poder de la cual proviene datan de apenas unos 20 años, lo que le podrían colocar como uno de los más astutos de los priistas poderosos para haber cedido las pretensiones de sus adversarios sin sobresalto alguno y a la vez protegerse de cualquier eventualidad en su contra.

Y es que Del Mazo Maza lo pensó bien y lo hizo mejor al auto plantearse las interrogantes siguientes: 

1.- ¿Qué le podría haber reclamado Arturo Montiel Rojas por el no haber defendido con enjundia la gubernatura el 4 de junio pasado, cuando fue el mismo Montiel producto de sus ambiciones políticas el que debilitó la estructura gubernamental?

2.- ¿Qué le podría haber reclamado Enrique Peña Nieto sobre la no acción para conservar el poder estatal priista en junio pasado, cuando fue el ex presidente de la República el que usó el erario estatal de seis años para auto promocionarse frente a la complacencia ciudadana y de sus iguales y el haber alcanzado, apoyado en la espalda de los mexiquenses, la primera magistratura del país?

3.- ¿Qué le podría reclamar Eruviel Ávila Villegas de el no haber peleado a fondo a favor de la gubernatura priista en junio pasado, si el oriundo de Ecatepec con todo el cinismo creó la percepción de una abultada corrupción en despoblado a plena luz del día durante seis años en palacio de Gobierno?

¿A caso después del 4 de junio pasado, de los tres mencionados, alguno le ha reclamado a Del Mazo la derrota de su partido en las urnas?

Y es que si se atrevieran hacerlo romperían con la regla priista de los valores entendidos, misma que le ha servido también a Alfredo Del Mazo Maza para salir avante en esta letal situación heredada de sus iguales priistas, lo cual hasta se lo deberían de  agradecer estos últimos, pues en cualquier desenlace de una frontal lucha contra la corrupción a cargo del nuevo gobierno mexiquense:

   A.- Arturo Montiel.

   B.- Enrique Peña.

   C.- Eruviel Ávila, y

El mismo Alfredo Del Mazo Maza serían los más idóneos para convertirse en eslóganes de la corrupción y así abatir, la nueva Gobernadora, tan brutal flagelo que los convirtió  – a los cuatro  – en beneficiarios directos del dinero público, no obstante la demagogia que pudiera surgir en rededor de estas deshonestas conductas relativa a que los presuntos delitos ya habrán prescrito.

Los tres ex gobernadores mencionados y el saliente, saben y conocen que la legalidad en política pasa a cuarto, quinto o hasta sexto término, por lo que si alguien los llama a cuentas no hay manera de evadirse, por eso mejor así, sin hacer ruido, aplicar el “sálvense quien pueda”.

Y así lo está haciendo Alfredo Del Mazo Maza, lo que hasta el momento le ha funcionado, aún cuando con un resbalón de última hora todo se le puede arruinar.

Cuidado.