ANÁLISIS | Por Tomás Flores Rosales

ANÁLISIS | Por Tomás Flores Rosales

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  • Del Mazo, el PRI y la Marcha.
  • Posible resurgimiento de los priistas mexiquenses.
  • La encrucijada lealtad  del gobernador hacia al Presidente.

No faltarán los que le digan a Alfredo Del Mazo Maza que debería preocuparse en lo relativo a que la multitudinaria marcha de ayer en la Ciudad de México no fue para defender al INE sino para externar el rechazo de una porción de mexicanos contra Andrés Manuel López Obrador.

Y es que por cerca de cuatro años el Gobernador del Estado de México se ha mostrado como aliado indiscutible del ayer denostado mandatario en el centro de la gran metrópoli del país.

Si la lealtad es virtud de Del Mazo, luego entonces, tras la marcha,  el mexiquense habrá de salir en defensa del Presidente que tantos elogios le ha propinado, incluso hasta considéralo como el gobernador más cercano al proyecto obradorista.

Y es que en política todo puede suceder:

A.- Una marcha de priistas mexiquenses para reclamar la lealtad del Gobernador hacia su más acérrimo adversario tendría razón de ser.

B.- O bien exigir que el priísta número uno del Estado de México muestre esa lealtad hacia el partido que lo ungió en la gubernatura.

Y es que lo surgido ayer debería reanimar a los priistas mexiquenses de cara al relevo precisamente de Del Mazo en virtud de que la realidad electoral del 2018 muestra hoy distinto escenario, lo que implica la posibilidad real de conservar la titularidad del Ejecutivo estatal en función de aplicar el valor agregado que les implicaría, incluso, empatar en las encuestas al partido del ayer criticado López Obrador.

Es verdad que las organizaciones sociales que participaron en la marcha al igual que los partidos políticos incluidos no significan toda la fuerza comicial de México, pero si son muestra del hartazgo de millones de ciudadanos en todo el país que están inconformes con los resultados del gobierno federal en funciones, entre ellos miles o tal vez millones de ciudadanos mexiquenses.

Por eso la posibilidad de que el PRI en el Estado de México pueda mostrar su fuerza con un discurso renovado a fin de evitar resquebrajamiento de tipo ideológico.

Es decir: abandonar al PRI del pasado reciente que ungió a Alfredo Del Mazo.

Y así arrancar una campaña que le compita con energía a sus adversarios, acudiendo de manera inteligente al origen de sus documentos básicos, allí está la esencia del nuevo PRI mexiquense.

 No es mucha ciencia para posicionar a la o el abanderado que finalmente se registre ante la autoridad electoral, por lo que los mismos priistas tendrían que aglutinar a:

     1.- Estrategas.

     2.- Reales dirigentes.

     3.- Líderes natos.

     4.- Intelectuales.

     5.- Hombres y mujeres pensantes.

     6.- Auténticos representantes campesinos.

     7.- Auténticos representantes obreros.

    Y mujeres, muchas mujeres.

Toda ésta lista la tiene de sobra la sociedad mexiquense, misma que debería ser reclutada por los verdaderos priistas cuyas coyunturas las sabe identificar su militancia, lo cual se traduce en oficio político.

Tras la marcha de ayer, los priistas mexiquenses están en condiciones de revertir desde cero -a partir de hoy- el siguiente sondeo sintetizado por analistas como Ana Paula Ordorica:

“De acuerdo a la más reciente encuesta de Reforma, si hoy fuera la elección para renovar la gubernatura del Estado de México (EdoMex), Morena arrasaría con una ventaja de 2 a 1 frente a los abanderados de la oposición.

Al preguntar sobre la preferencia de partido, Morena obtendría el 49% de los votos, mientras que su principal rival, el PRI, se quedaría a 27 puntos al registrar 22% de las preferencias.

En tercer lugar aparecería el PAN con el 16%, seguido de MC con el 4%; PRD y Partido Verde con el 3%; PT con el 2% y Nueva Alianza con el 1%.

Sin embargo, en los ya conocidos careos, la encuesta del diario presenta dos escenarios. El primero con una alianza PRI-PAN-PRD, con Alejandra del Moral como la abanderada. En este planteamiento, Delfina Gómez de la coalición que encabezará Morena tendría el 38% de las preferencias.

Esto la pondría 16 puntos arriba de la priísta, quien obtendría el 22% de los votos, mientras que Juan Zepeda de Movimiento Ciudadano obtendría el 10% del apoyo. 15% de los consultados está indeciso, pues no sabe por quién votaría o no contestó.

El segundo escenario que refiere la encuesta es donde no se concretaría una alianza entre los partidos de oposición, donde las diferencias se acentúan. Delfina Gómez mantendría el liderazgo con el 36%, Alejandra del Moral por el PRI caería al 14%; Enrique Vargas por el PAN se rezagaría al tercer sitio con 13% y Juan Zepeda al final con un 8%.

Sin embargo, destaca que al preguntar sobre los posibles abanderados, todos resultan ser pocos conocidos entre la población.

A Delfina Gómez no la ubica el 55% de los encuestados. 19% tiene una oposición positiva de ella, 16% regular y 10% mala. Juan Zepeda es el segundo posible candidato más conocido, pues solo el 67% no lo ubica; 13% tiene una opinión buena del mexiquense, 12% regular y 8% mala.

A Alejandra del Moral, no la ubica el 74% de los encuestados. 10% tiene una oposición positiva de ella, 8% regular y 8% mala. Enrique Varas no es conocido por el 83% de los encuestados. Solo 5% tiene una oposición positiva del panista, 68% regular y 6% mala.

48% de los consultados no está de acuerdo con que el PRI y el PAN se presenten en alianza en la elección a gobernador. Solo el 26% está a favor, mientras que el 23% le es indiferente.

Finalmente, destaca de la encuesta que si Alfredo del Mazo se volviera a presentar a la contienda, 70% de los mexiquenses no votaría por él. Solo el 22% le daría su voto.

Esto va en línea con la aprobación que tiene el gobernador, que es apenas del 39%. Un 53% desaprueba su trabajo al frente del gobierno estatal.

                     SÍNTESIS POLÍTICA

La prensa internacional difundió pormenores de la marcha de ayer en la capital de México. El diario El País lo reseñó así:

“Miles de personas marcharon este domingo por las calles de Ciudad de México, y otro puñado de ciudades del país, para protestar contra la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador. Los cambios constitucionales impulsados por Morena, una de las apuestas clave del gobierno, han concentrado por primera vez y de forma clara a los sectores opositores en lo que va de sexenio. Organizaciones civiles y partidos han salido a la calle bajo el lema de “el INE no se toca”, en referencia a la iniciativa presidencial que busca una revisión fondo del regulador electoral, así como del reparto de presupuestos para los partidos políticos.

La marcha, que transcurrió sin altercados por las calles del centro de la capital, concluyó en el Monumento de la Revolución con un comunicado del expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg. “Nuestro futuro no puede ser resultado de la seducción de un pasado que fue desterrado. No a la destrucción del INE, no a la destrucción de los institutos locales, no al autoritarismo”, proclamó el académico desde un escenario improvisado en la céntrica plaza mexicana.

La elección como portavoz de Woldenberg, expresidente del órgano antecesor del INE y con una larga trayectoria en la izquierda liberal, también alimentó la polarización en torno a la marcha. López Obrador lo señaló como “maestro político de Lorenzo Córdova y de todo ese grupo”. Las críticas a la reforma, que está siendo ya debatida en comisiones en la cámara de diputados, se concentran en alertar de los supuestos peligros del nuevo mapa electoral para la alternancia en el poder.

La cita de este domingo ha sido la más multitudinaria entre las protestas de la oposición en lo que va del sexenio. Durante los primeros dos años, algunos grupos ultracatólicos protagonizaron concentraciones en la capital que no lograron sumar fuerzas con otros grupos. La aplastante victoria de López Obrador en 2018 dejó a los partidos opositores en la lona, divididos y sin liderazgo claros. Las elecciones parlamentarias del año pasado inauguraron una inédita alianza de todos contra Morena. La coalición de PAN, PRI y PRD vive, sin embargo, horas bajas, tras el acercamiento de la cúpula priista al partido en el poder. Los tres partidos están inmersos en negociaciones con Morena de cara a la reforma electoral, una vía inédita no explorada durante las grandes reformas del sexenio.

Entre las 51 organizaciones que respaldaron la movilización están algunas ligadas al PAN y al PRI. La protesta también ha recibido un espaldarazo por parte de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. Algunos de los grupos tienen su origen en organizaciones de corte conservador. La talla de los convocantes —entre ellos los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyo Walther— ha acrecentado la polarización sobre el tema, simplificando el argumento y dividiendo a la opinión pública. (Información del periodista David Marcial Pérez)